[Zona de impaKcto]

I

Al querer plasmar en palabras una imagen de la musica mas beethoveniana de Beethoven (empresa absurda que tienta, como todo lo absurdo) no se puede hacer mas qu erecurrir a las sorpresas de una naturaleza transcrita en paradojas. A veces parece murmurar quedo un arroyuelo al que desde lejos otros muchos riachuelos van respondiendo. Y poco a poco los hilos de agua se van encausando hasta convertirse en potente coro que discurre por la torrentera, y de improviso se entrechocan, se mezclan s ejuntan, para finalmente desparramarse por el amplio mar y fundirse en el oceano que se alza rugiente, cual si pretendiese anegar toda la tierra. Otras veces adivinas un cielo estrellado: cada estrella permanece en su sitio, inmovil en el lugar señalado de antemano para formar parte de la arkitektura del firmamento. Y he aqui que un astro libre, forastero imprevisto, se precipita en la pacifica corriente, de identico modo que un vibrante solo de violin domina la trama orkestal homófona. Ahora es un cometa que se aproxima triunfante: las estrellas, arrobadas, forman corona a su alrededor para luego perderse absorbidas por su cola imperiosa e imperial. El resto del cielo se ha quedado desierto, y donde antes lucian infinitas gotitas d eluz surge un inmenso sol blanco que abarca todo el horizonte y deslumbra los ojos del alma. Pero el sol lunar, tras un apausa silenciosa ms estridente que un grito salvaje, se quiebra y se fragmenta en una polvareda de reflejos: la boveda sonora se ha trocado en apacible resplandor donde el corazon advierte que ningun deseo puede ya expresar.

II

Si los volcanes pudieran mostrarse idilicos y enamorados, su invitacion al amor (bramidos de ternura) semejaria la musica de Beethoven.Si los ruiseñores pudoeran mostrarse heroicos, y algun dia decidieran declarar la guerra a las aguilas, su grito de combate semejaria la musica de Beethoven. Si los niños, sin dejar de ser niños, asimilaran toda melancolica esperanza de los viejos, su saludo a Dios semejaria la musica de beethoven. Si unbienaventurado bajara del paraiso y se viera constreñido a vivir sobre la tierra, su cantico de nostalgia semejaria la musica de Beethoven.

III

La musica de beethoven (en sus intervalos de sublimidad) es la mas furios atentativa de que jamas hayan hecho los hombres para juntar el cielo y la tierra. Cualkier cristiano verdadero que reza con corazon sincero lo puede conseguir, pero por un instante solamente y para si. En cambio, en el caso de Beethoven, es el hombre solo, con sus fuerzas humana unicamente, sin intervencion directa de lo sobrenatural, y con un resultado duradero. Los constructores d la torre de babel y los titanes rebeldes querian alcanzar el cielo colocando piedra sobre piedra o montaña sobre montaña. Era la tierra (pedazos de la tierra) que queria elevarse hasta el cielo. Beethoven, mas humilde y mas soberbio, quiere en cambio que el cielo descienda hasta la tierra. En algunas de sus sinfonias parece descubrir, un cielo borrascoso, una hilera de cordilleras coronadas de Himalayas que se yerguen hacia las constelaciones. Mas cuando trata de atraer de veras el cielo hacia nosotros, la musica de Beethoven cava abismos mucho mas profundos que altas son las montañas; y adopta el método del De profundis: el maximo rebajamiento como expresion de la maxima altura. Quiere probar la tentación del vacío que la piedad debe llenar, de la noche plena que pide iluminaciones ultrasolares. Y aquel canto subterraneo, abismal, aquella voz que susurra desde lo mas profundo de su humillacion, parece que obtenga su proposito. El cielo se inclina para oir mejor, ni desdeñoso ni distante, el ruego de los siervos sepultados. Cual si quisiera ensamblarse con la tierra. Solo una palida raya los separa. La reconciliacion esta apunto. Nuestro espiritu casi libre de las ataduras humanas, permanece tembloroso mientras sufre doloroso placer ante la inminencia del milagro. Pero el abismo, engañado por la certeza, se solevanta hasta convertirse en montaña, y el cielo se eleva, se aleja: el encanto se ha roto. Lo imposible continua imposible, y una riada de arcos pregona, interrumiendoce, repitiendose, la resigancion de la derrota.

IV

Beethoven consigue a veces disparar el diafragma opaco que separa lo humano de lo divino, de form que parece que de un momento a otro vaya a abrirse, a desaparecer. Bastaria otro intento, un pequeño desgarron tan solo, y nos encontrariamos ante la terrible prescencia d ela eternidad. Pero este ultimo paso no lo realiza Beethoven jamas...,ni puede hacerlo. El esta por encima de todos los

hombres pero no llega a la altura de los santos!!! Al ser él el mas grande de todos los musicos, presisamente a él y no a todos los demas, correspondia el doloroso premio de mostrar la impotencia final de la música. La música nos libera durante una hora del infierno enlodado de vida, pero no puede introducirnos en el autentico paraiso. Es purificacion y pena: purgatorio " Entre Beatriz y tu esta este muro"

V

En Bach, el alma (un alma sencilla y buena) conversa directamente con Dios; mas tan solo le habla del extasis de encontrarse, feliz, con Él cara a cara. Y la felicidad es tan pura, tan cierta, que no busca variedad de palabras para manifestarse, sino que el mismo grito inicial resuena cada vez mas acuciante, cada vez mas potente, como si al no saciarse de si mismo, tampoco se saciara de Él Tambien Beethoven, en las diversas etapas de su ascencion, habla con Dios, pero de otra manera. En Beethoven el Dios escondido en el hombre se dirige, de menor a mayor, al Dios que durante algunos años fue hombre. Y porque sabe que habla a quien experimento la naturaleza humana, nada le esconde: muestra su alma por entero con todo su extasis gimiente, mas tambien con todo su dolor y hasta con todo su orgullo ¿Quien sentiria pudor ante un hermano? El canto de Bach es un monologo y nace en los momentos en que el espiritu exprimenta un sentimiento teocéntrico, en grado muy elevado, pero siempre el mismo. El canto de Beethoven es un dialogo, y a menudo un drama completo. Bach canta por sí mismo, Beethoven, en nombre de todos. Uno es un ermitaño: el otro, un pueblo alborotado. En Beethoven se muestra el hombre por completo, con sus pasiones en flor desatadas, con sus esperanzas que abocan la desesperación, con su amor pujante qu etiene acentos de cólera, con sus miserias que kiere depositar, cual si fuera incienso esplendoroso, a los pies de su Dios. Cuando escucho ciertos "tiempos" de Beethoven me parece ver a un coloso peregrtino que asciende a la cima d el amontaña para hacer oir su plegaria mas en la lejania y mas desde la cumbre, y de vez en cuando se arrodilla; pero cada vez que se pone en pie, encendido el fierro rostro, se agarra a las peñas con sus manos enormes, cual si kisiera arrancarlas y lanzarlas al abismo. La oracion s etrueca de pronto en intimación. "La escencia del amor -escribio Jacobsen- es quesea suplicante y domine". El canto de Beethoven es una flecha que ha ensangrentado la mano del que dispara.

VI

Casi a medio camino, en el tiempo, entre los dos unicos que pueden comparársele, Beethoven es completamente distinto de Bach y de Wagner. Bach es el noble en kien anida un espiritu puro y angélico; Wagner, un burgues sometido a un demonio de mujer, a una Lilith carnal hasta en sus manifestaciones de fingido misticismo. Beethoven es un hombre del pueblo que conversa con heroes y con arcángeles: varones, asexuados, elegidos. Nada de filisteo ni en su vida ni en sus obras. Nada asexual ni diabolico. Beethoven es hijo de familia pobre, nieto de criados, y debe servir a señores por necesidad; pero esta por encima de los principes por el derecho divino del genio. Está con la gente del pueblo y los emperadores, siempre sencillo, siempre digno; alegre con unos, mas triste con otros, pero siempre distinto de los primeros y de los segundos: jamas plebeyo, jamas cortesano, jamas "clase media". Y por eso en su música no hay nunca la abyecta lascivia del burgues que fantasea bajo el cobertor arremangado: la orgia de los sentimientos forzados o una saturnal a precio modicos.Wagner, a su lado, parece una vieja cantante prostituta retour d'age, que trata de contestar de ve en cuando, en falsete, y entre tanto arrastra en su voz la torpe memoria de sus ostentaciones afrodisiacas. La musica de Bach es un austero prestidigitador que, casi jugando, levanta catedrales con fugas de naves y pinaculos de invocaciones. La musica de Wagner e suna diablesa charlatana que querria hacer, a fuerza de caricias y de incensario, la alcahueta de heroinas doncellas y de efebos sacros. La musica d Beethoven es confesión publica de un hombre que ha subido hasta la más alta torre; de un hombre que conoce culpas y afanes, pero que ha permanecido puro entre los vendavales del mar, viril en las llamaradas del amor, religioso en los ardores del heroismo.

VII

Beethoven, a despecho de sus denigradores postumos, no es un Prometeo que intenta robar el fuego sagrado a Jupiter, ni un Lucifer que se revela contra Yahvé. Es un titán si así os place, pero un titám humilde, que se contenta con hablar con Dios. Su música es un tejido de tremulas interrogaciones; y de ahi sus apremiantes insistencias que parecen repeticiones. Parece que diga: ¿Que debo hacer de mi alma, creada para la "salvación eterna", en este mundo de contradicciones? ¿Tengo derecho a gozar, a abandonarme? ¿O bien debo pagar mi poder de interprete de idiomas no nacidos, con la privacion de cualkier otra alegria? A veces, Señor, me siento preso de un frenesí por ascender hasta ti, como una llama de fuego armonioso, arrastrandome tras todos mis hermanos. Pero ¿por qué toda explosion de júbilo se encierra siempre en cadenas de tristeza? ¿Por qué esta voluntad de vuelo sobrehumano me suscita, como un eco que no incide, acompañamientos de renuncia? Si aspiro a sentir y dar alegria, y una alegria nada comun, ¿por qué esta pena, esta fatiga, este retorno del destino enemigo? Muss es seis? Si algun dia Dios contesto estas interrogantes, Beethoven no ha sido capaz de transmitirnoslo. Despues de la Novena Sinfonia no le era posible mas que el silencio, es decir, la muerte.

continuara....

La makina del pueblo

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